miércoles, 28 de diciembre de 2011

La visita de la rutina

Habitáis el mismo lugar pero no compartís nada. Los sentimientos están prohibidos y se miden escrupulosamente los gestos de ternura. ¿Dónde quedó la sonrisa? De una manera mecánica llegáis al lecho, ocupáis vuestro territorio, insalvable ya en distancia, y no os atrevéis a cruzarlo.

Cuando la luz se apaga, aprietas con fuerza los párpados en un vano intento de forzar un sueño que no llega y comienza la agonía que sólo el alba alivia. ¿En qué momento acabó el nosotros? Quizás un día, tras recibir la visita de la rutina, os dejasteis seducir por ella, quizás el sedoso tacto de sus labios ya no era la necesaria meta de tus cálidos dedos.

La esperanza fluye en tu mundo onírico, pero ese torrente que llega a ser río no desemboca en ningún mar; no conduce a puerto la nave donde resguardaste el corazón. Una desagradable sensación punzante dibuja un gesto de dolor en tu rostro, inspiras profundamente buscando un remedio para tu mal.

Nadie a tu alrededor comparte la terrible experiencia que sesga tu insomne noche. Nuevo intento de cerrar los ojos, sólo cuando te prometes que mañana será el último día que regalarás a quien no entiende de futuro, quien malgasta el presente mientras éste sucede ante sí, el sueño te alcanza.

domingo, 18 de diciembre de 2011

La carta

Cuando recibí tu carta ya me encontraba muy lejos, demasiado distante de la ciudad y a no sé cuántos abismos de ti, de tu corazón. Tras nuestro primer encuentro, pronto fui consciente que no había caminos que compartir, ninguna ruta que nos aproximara pero tu decisión inclinó mi voluntad hacia tu deseo. Tú buscabas que te quisieran y yo odiaba mi soledad…¡triste punto de partida! No lo pensamos demasiado, tampoco era nuestro propósito, ambos optamos por volcar toda la ilusión en aquello que habíamos puesto en marcha y que no sabíamos bien qué era y cómo llamarlo.

No tuve valor para compartir contigo mis inquietudes, mis muchas dudas…prefería esperar tu llamada y dejar que el torrente de tu voz me arrastrara a un mundo que aún me resultaba ajeno, extraño porque no terminaba por sentirme parte de él. Eras capaz de todo y más para ganar un segundo que pudieras compartir conmigo y, sin embargo, yo, que contemplaba nuestro entorno con la indiferencia de quien desconoce destino, no supe estar a la altura de tu entrega y dejé escapar a quien era capaz de amar y amarme. En cualquier caso, si ahora te escribo, es más para tranquilizar mi alma que para solicitar un perdón que no podrá librarme de una incómoda sensación de angustia.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Borrasca

Los días de lluvia salgo fuera de mi rutina, compruebo mis bolsillos para que nada me frene y no deshago equipaje sin que los primeros matices de tu esencia alcancen mi ser.

No consigo evitar que las gotas de lluvia desemboquen en mi río. Tú eras mi guía en la tormenta, el refugio al que mi vida se dirigía, final de camino y principio de ansiado amanecer. Eras alba nacida de la fusión del más vital de nuestros alientos.

Y vuelvo a la lluvia, regreso al momento en que todo ocurrió, ese lapso de tiempo que tu amor sació mi avidez de tu alma y aún con los ojos cerrados podía ver tu sonrisa, en la distancia, sentir tu piel e inundar el silencio con el timbre de tu voz.

La lluvia no se detiene, en realidad, no ha parado desde tu ocaso. Te llevaste la luz enredada en tu cabello, la alegría enlazada entre los dedos. Tu marcha desoló mi espíritu y dejó mi duelo a merced de la lluvia, por eso cuando llega la borrasca no puedo saber que empapa más mi corazón, si el agua que ella trae o la que tu adiós condujo hacia mi.

lunes, 28 de noviembre de 2011

Matices en blanco y negro

Al cerrar la puerta un sentimiento de desasosiego la invadió, no había duda de que su futuro no estaba allí pero dejaba en esa casa tanto tiempo y tanto amor, ese amor que te empuja a no mover el pomo, ese tiempo que te arrastra sin piedad a la cómoda rutina, que por un momento su paso dejó de ser firme y sobrevino un calor que sólo sintió ella. Aún eran audibles los ruegos de él a través del pasillo en penumbra pero desgraciadamente los reproches ya habían hecho mella en las paredes del habitáculo donde resguardó su corazón cuando la tormenta comenzó.

Cerró los ojos con fuerza y dio un portazo que la devolvió a la realidad, el estruendo penetró con brusquedad en su órgano auditivo causando un dolor más terrible por su significado que por su acción. Asió su maleta con fuerza y recuperó la firmeza de su paso aún a costa de movilizar todos sus recursos. El ascensor se demoró unos segundos, pocos pero suficientes para que él alcanzase a abrir y gritar con desconsuelo ¡por favor, no te… La repentina llegada del ascensor frustró la posibilidad de que pudiese acabar la frase, ella se apresuró a entrar y rápidamente comenzó a descender.

El día era frío, un día de invierno con matices en blanco y negro, muy similar a su existencia de entonces. Una fina lluvia se fundía en su rostro con las lágrimas y empapaba paulatinamente sus ropas, buscó un taxi durante unos minutos que se le antojaron inagotables.

La habitación del hotel tenía un aspecto lúgubre, lámparas de forja de tenue luz pendían a ambos lados de una cama cuya colcha amarilleaba por el uso. Se dejó caer y buscó un cigarrillo en su bolso. Aspiró profundamente al encenderlo, inhaló el humo como si de un aliento de vida se tratase. No consiguió recordar cuándo fue la última vez que fumó, la última vez que se prometió a sí misma que era definitiva su decisión de no volver a hacerlo. Sintió un ligero mareo con el tabaco, se recostó y parpadeó para librarse del molesto escozor que sentía. Una melodía empezó a cobrar fuerza, el teléfono móvil se encendía y se apagaba casi al ritmo de la música. Ignorar la llamada fue un primer paso hacia el olvido, con rabia difícilmente contenida arrojó el aparato lejos de sí, tal y como él hizo con su confianza.

domingo, 20 de noviembre de 2011

Una vela se extingue

Te recuerdo con tu sonrisa cautivadora, tu palabra sencilla y agradable. Las tardes en tu casa se llenaban de animadas conversaciones, en realidad todos iban no sólo por el cariño que sentían por ti sino porque conseguías con tu actitud que cualquier problema, por más dificultoso que pudiese parecer, se convirtiera en nimio.

Una tarde, cuando al fin nos quedamos a solas, cogiste mi mano y apretándola fuertemente, me dijiste siento que me apago como una vela. Me aferré a tu mano y sin articular palabra, sufrí en mi interior tu dolor. Enjugué tus invisibles lágrimas con toda la ternura que pude hallar en mi corazón, mientras las mías ansiaban convertirse en manantial.

Días después, la luz de tu candela se extinguió, tu castillo fue rendido por ese enemigo invisible que nunca comprendiste, el mismo que no tuvo piedad en sesgar tus proyectos de futuro, tu sempiterna alegría. Quedamos huérfanos de tu presencia pero nunca abandonarás nuestro corazón…

sábado, 12 de noviembre de 2011

Viento del sur

Su sonrisa es sincera, como lo son sus palabras y silencios; su corazón, tan inocente como el de un niño. Hoy llega lesionado, una profunda herida que interesa a más sistemas orgánicos de los que a priori parece. En su rostro no se atisba el dolor, las lágrimas sólo desgarran su intimidad. En la profunda soledad de su cuarto no hay consuelo, en su alma no hay rencor.

El amanecer trae nuevos aires, vientos del sur que arrastran consigo la lluvia; agua que riega el campo de su espíritu. Alcanza la primavera como estación de felicidad, en ella se resume su cosecha y de su vientre surge un nuevo principio. Será nómada por ella, atravesará las distancias entre ambos y retornará a su edén.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Ese mágico lugar

A veces me sorprendo a mí mismo contemplando absorto ese mágico lugar donde guardas la ambrosía con la que cada día me deleitas y una sutil complacencia acude a mi encuentro. Cuando sucede así, el vital músculo me delata y no puedo evitar que parte de mi esencia brote al exterior de mi ser, esbozo mi mejor rostro y acudo al abrigo de tu rada, allí donde los vientos del desaliento no nos alcanzan, donde no precisamos verbo para nombrar el mar, donde se halla nuestra empírea morada.

sábado, 29 de octubre de 2011

Cadenas

El desayuno
Un día más despierto con una terrible sensación de angustia, siento un escalofrío que corre en mi interior y alcanza mi alma. Me giro pausadamente y allí estás tú, mirando la escena con miedo e impotencia. Acaricio entonces tus mejillas en un vano intento de transmitir una serenidad que tampoco poseo. Tus ojos casi imploran una respuesta, soy consciente que desde la irrupción de esta afección en mi vida, ya no he vuelto a ser quien era. ¿Alguna vez te conté que tener una enfermedad crónica es como arrastrar una cadena? Una pesada carga que te acompaña en todo momento y en todo lugar. Uno quisiera olvidarla, ignorarla aunque sólo sea por unos días pero resulta ser inmisericorde. Es curioso porque aún cuando todas las pruebas reflejan una supuesta normalidad, tú la sientes en tu interior, como si de un alienígena se tratara.

Lo primero que te viene a la cabeza es preguntarte por qué en el macabro juego de la probabilidad genética te tuvo que tocar a ti. Te enfadas y descargas tu ira en interminables noches sin sueño. Inútil resulta entender este rompecabezas. Libras una singular batalla, por un lado intentas evitar leer sobre la evolución y, por otro, nuestra innata curiosidad nos lleva a hurgar en los rincones de la red. Curiosamente, te enseña a vivir, a disfrutar de lo cotidiano, de los pequeños detalles. Aprendes a valorar lo que eres por encima de lo que tienes, y lo que tienes antes de que su pérdida te enfrente al terrible vacío de su ausencia. Sólo intento que comprendas el porqué de mi desasosiego, que entiendas que en ocasiones resulte difícil sonreír pero que no olvides que, en cualquier caso, tú eres con quien he decidido recorrer este camino que es la vida.

jueves, 20 de octubre de 2011

El buzón

Cuando desapareciste en aquel tren, te llevaste contigo todos nuestros poemas en el equipaje de tu corazón. Ni un adiós, ni aún una luz. En el convoy, mi aliento; en el andén, desesperanza. La máquina es tan fría como tus sentimientos y se mueve por un impulso falto de toda terneza, en ello os asemejáis.

No hubo conmiseración en tu discurso a pesar del menoscabo que turbaba mi espíritu, ni un barrunto de clemencia en tus ojos. Esa fue en realidad tu primera despedida.

Abandoné cabizbajo la estación, puse rumbo a mi nueva soledad y deambulé por los rincones donde furtivamente fuimos esparciendo pequeños fragmentos de nuestro tesoro, por si algún día perdíamos nuestro camino, pero como en el cuento, éstos habían desaparecido.

Un sonido familiar y en el infame receptor móvil que destruye toda intimidad, una comunicación cuyo origen conozco bien. Lo siento, es todo lo que alcanzo a leer. ¿Qué sientes?, me pregunto, ¿haber arrancado una parte de mí o haber perdido promesas en el armario de tu olvido? Yo también lo siento, siento resquebrajar mi interior.

En lo que permanece de nuestro hogar y le separa del mundo dejé una hendidura para una carta que no llegará, una epístola que jamás escribirás y aún así soy incapaz de mirar el buzón con serenidad.

domingo, 16 de octubre de 2011

Un rincón de mi futuro

Doy comienzo al mecanismo, un imaginario interruptor. No puedo verte pero siento tu presencia. Quizás te has escondido en algún rincón de mi futuro. Atrapado aún en oníricas cadenas, me resisto al esfuerzo de romperlas aunque acabaré sucumbiendo a los encantos de Hemera. Hay indicios de ti en el planning de mi día y disfruto hallándolos. De una manera cada vez más obvia, el mundo da señales de su despertar.

domingo, 9 de octubre de 2011

Una infancia normal

Cuántas veces me quedaba boquiabierta al contemplar las series familiares idílicas en la televisión, o los rostros felices de mis compañeros cuando relataban sus aventuras de fin de semana con los suyos. Yo quería una infancia normal, como la de cualquier niño, esos que juegan al atardecer, se reunen para contar historias o se acercan al río para deslizar piedras por la superficie del agua.

Una madre normal, de las que se enfurecen cuando llegas tarde o cuando apareces con la ropa de tía Gertrudis salpicada de travesuras, de las que sirven platos que no se inmutan ante tu voraz apetito. Un padre al uso clásico, de los que se disgustan con una mala nota, de los que olvidan tu onomástica, de los que convencen a mamá cuando pides algo desorbitado. Sin embargo nadie en mi oráculo particular escucho mis plegarias.

Mamá solo sabía viajar a la nevera entre pitillo y pitillo, hasta que trasladó su residencia al sofá y convirtió el mando a distancia en su nuevo brazo. Al llegar del colegio, buscaba entre sus restos algo comestible para saciar esa horrible sensación en mi vientre. Papá observaba atónito la situación incapaz de resolver el problema, desbordado en su capacidad. Los días que se percataba de mi presencia, me miraba lastimosamente, tomaba mi mano y me rescataba al paraíso de la comida rápida pensando quizás que esa acción podría suplir la evidente dejadez a la que era sometida.

Conseguí graduarme en supervivencia, licenciarme en manejo de ausencias maternas y doctorarme en alimentación bajo condiciones extremas... Soñaba continuamente, imaginaba que un día, al salir del colegio, mis padres habían conseguido escapar del hechizo que alguna bruja malvada les provocó y huíamos felices a una tierra lejana. Soñaba incluso cuando mis ojos permanecían abiertos.

Mientras mis pensamientos caminaban en esos derroteros, intente mover el brazo pero una extraña fuerza me lo impedía. Al tratar de zafarme sentí como un aguijón en el codo, adiviné que bajo el inocente aspecto de aquella gasa una aguja penetraba en mi cuerpo. Al otro lado, tía Gertrudis apretaba con suavidad mi mano mientras acariciaba mi pelo y repetía todo esta bien. Como si de un lector se tratase, regresé al momento cuando este episodio comenzó. El día que, a la vuelta de clase, súbitamente las sombras me rodearon y todo se fundió en negro.

No recuerdo más aunque me esfuerce en ello, recuerdo sin embargo el día en que aquella terrible pesadilla acabó, cuando la dicha retornó a mi vida, cuando todo lo que alguna vez había soñado se hizo realidad… ahora mi nueva familia ha devuelto la sonrisa a mi rostro.

domingo, 2 de octubre de 2011

Las sombras del ayer


Todo parecía tan complejo cuando sus almas se cruzaron por primera vez que ninguno de ellos hubiera confiado en la posibilidad de iniciar una andadura por los vericuetos del enamoramiento. Las heridas del pasado no curan con el tiempo, se sobrellevan y sus secuelas tornan difícil incluso la más anodina de las sendas. A pesar de estos pensamientos, decidió deshacer el equipaje de sufrimientos y empezar un nuevo bagaje juntos. Siempre fue tímido así que hizo acopio de todo el coraje que fue capaz de hallar en su interior para acortar una distancia no deseada.

Las palabras se agolpaban en su mente, luchando por un espacio en un diálogo aún por construir. Resultaba complicado imponer orden en aquel maremágnum de ideas, sentimientos y pasiones. Intentó ayudarse con la complicidad de su mirada y la connivencia de su piel, consiguió así fundirse en un solo sentido que, sin llegar a ser perfecto, era la vía más directa al jardín de su regazo, al paraíso de su amor. La recepción fue impecable. Los momentos sucedían a los instantes, la realidad a la ilusión y los besos a las sonrisas. Un mundo surgía del encuentro de sus almas y se abría paso entre las sombras del ayer.

domingo, 25 de septiembre de 2011

Nueva York

No sin cierta desgana eligió unas prendas del vestidor. Resultar elegida entre todos los aspirantes la llenaba de orgullo, mas atravesar dos continentes sin sentir su apoyo se le antojaba como una tarea de complicada ejecución. Respiró profundamente, impregnó sus pituitarias con el etéreo aroma de él y lo añadió con delicadeza a su equipaje; sin lugar a dudas sería lo más parecido a su compañía.
El sonido de sus pasos en la cocina la devolvió a la realidad. Te prepararé unos bocadillos, le dijo con voz trémula mientras se esforzaba en disimular su enojo. Los patrocinadores ignoraron las recónditas intenciones de su corazón.

Interrumpiendo su enternecedor trabajo culinario, ella asió su mano y le llevó consigo al lugar donde sus besos florecen, donde la eterna primavera transforma los sueños en mágica realidad. Un jardín construido con sublimes deseos. Perdió su piel en la de él convirtiendo en eterno el instante y exhalando una profunda tristeza por el inminente viaje. Se acurrucó a su lado para evitar el frío del alma en las despedidas y ambos hicieron brotar un río que habría de desembocar en un reencuentro.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

El árbol de la vida

Cuando las luces se apagan, una luz mística conduce al espectador a través de las palabras y los silencios; le transporta de la eclosión de la luz al devenir de la oscuridad, combinando magistralmente una sucesión de imágenes y los fundidos en negro…

El árbol de la vida es tanto un viaje evolutivo como espiritual, la eterna búsqueda de nuestro origen y de nuestro destino, conducidos por los ojos y el corazón de un niño. No condiciona, sugiere, y lo consigue hasta un punto en que no puedes mantener templanza. Te introduces en ese particular diálogo que se establece con uno mismo y con los otros, para concluir que sólo amando se alcanza la felicidad.

La película de Malick es, en definitiva, un espectáculo visual, sonoro y lingüístico que te induce a participar en él.



domingo, 18 de septiembre de 2011

8 meses y 8 días

Repaso mentalmente una interminable lista que Ernesto me hizo llegar unos días atrás por correo electrónico. Por un momento tuve la sensación de que ibamos a competir por algún premio de repostería más que a preparar una merienda informal. Definitivamente renuncié a seguir buscando la glucosa cristalizada... a la gente le cambia el gesto cuando pregunto por ella.

Ayer olvidé de nuevo avisar a Sara, intenté escribirlo en mi agenda electrónica pero, claro, para saber que hay tareas por hacer debes mirarla y esa es mi asignatura pendiente. No era distinto cuando se trataba del clásico dietario de papel. Hoy me he propuesto no acabar el día sin hablar con ella. Procuraré estar allí antes para ayudarte, conozco ya su respuesta. Toda ella es dulzura.

Suena el móvil y me apresuro a descolgar. Sí, diga, casi no acierto en el saludo. En cinco minutos te recojo, la acelerada voz de Carlos se entrecorta. ¡Las bebidas! Habíamos quedado para ir juntos a comprarlas. Nueva carrera esta vez para vestirme. ¿Dónde dejé el cinturón? Anoche fue un desastre pero ya no es una novedad, es una terrible rutina, tediosa e inevitable rutina.

Como tantas otras noches, prorrogo hasta lo indecible mi llegada al lecho. A Morfeo le cuesta extender sus brazos para acogerme y ya casi no queda nada de lo que charlar con la almohada. Con lentitud premeditada me desvisto, apago la luz y, casi mecánicamente, me reclino sobre la parte de mi cuerpo que solía vencerme el sueño y, con un profundo suspiro, repito el mismo deseo de cada fin de jornada, ¡ojalá amanezca pronto! Así comienza la pesadilla, una vigilia con extraños compañeros de viaje, la soledad, la añoranza, la tristeza... hasta que llega el alba y los dispersa.

Quiero pensar que no es tan importante y que, a diferencia de los fumadores cuando abandonan el hábito, no llevo la cuenta de mis insomnios, pero no es cierto. Hoy hace ocho meses y ocho días, es día ocho y es mi cumpleaños. No consigo encontrar el cinturón y seguro que Carlos se irá sin mí.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Ante diem

Cuando el sueño no llega hasta el inexistente rumor de la oscuridad exaspera nuestra cordura si es que ésta aún existe. De nada sirve contar ovejas cuando el pastor se despreocupó de ellas, se dispersaron en la llanura del olvido; de nada vale intentar alcanzar una calma que abandonó mi ser prematuramente, de nada sirve pensar que estás a mi lado cuando tu lugar en el colchón lo ocupa la ausencia.

Voltear a lo largo del ahora inconmensurable espacio de este lecho, deshojar mis pesadillas, penar por las palabras que pronuncié, sopesar las que ahora te escribiría si pudieras leerlas… las horas nocturnas se tornan eternas cuando no se comparten. Las horas diurnas hubieran anticipado un venturoso crepúsculo de no haber prevalecido la arrogancia de una razón petulante.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Laberinto de recovecos

Con calculada cordura afronto el laberinto de recovecos que encamina la jornada a su fin. Las paredes del estrecho pasillo rezuman palabras de incontables voces que por él pulularon. Soy capaz de percibirlas cuando las acaricio lentamente. La fricción de mis dedos genera una acústica que deleita mis oídos. Ana sonríe y gesticula un adiós sin parirlo. Devuelvo el saludo sin perturbar sus tímpanos.  Ha dejado de llover.

domingo, 4 de septiembre de 2011

El sentido de su verbo

Como movido por un resorte, se desveló súbitamente en un momento indeterminado de la madrugada aún con ese prurito tan propio del despertar, más si este es brusco. Se incorporó en la cama y, sin un porqué, se dirigió al ventanal. Apenas si comenzaba a dibujarse el nuevo día, sus ojos todavía enturbiados por el repentino hallazgo, ya intuían el azul del mar frente a ellos. Al este, la linterna del faro mantenía su inexorable marcha ajena a las primeras luces del alba; al norte, la bruma comenzaba a desaparecer; al oeste, las luces del pueblo, ya muy debilitadas, agonizaban; al sur, el sentido de su verbo.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Siempre se regresa

Volverás como el otoño tras el cálido verano, como los sueños cuando cae la noche, como la esperanza perdida en el caminar de la vida. Regresarás con tu mochila repleta de sensaciones, miradas y palabras, con tu ilusión y tu sonrisa. Retornarás a este rincón de nuestro mundo donde siempre he estado… esperándote.

domingo, 14 de agosto de 2011

Un descanso

A menudo se hace necesaria una parada que disminuya la vertiginosa velocidad que toma la vida. Un momento de reflexión y encuentro con uno mismo para continuar, si cabe, con más fuerza; enriquecer el alma con nuevas experiencias que satisfagan el espíritu para que revierta en palabras que sean vertidas en este espacio. En unos días volveremos a encontrarnos, si lo deseáis, con nuevos propósitos…

miércoles, 10 de agosto de 2011

La ribera del río

Sólo ella conseguía mantener la sonrisa bajo el agua, no en vano practicó natación sincronizada en su juventud.

El aspecto ferruginoso de aquel río tampoco restaba un ápice de luminosidad a ese gesto suyo tan característico.

Al agotarse la última luz vespertina, su expresión resistía a pesar del rigor mortis. Es una pena que no haya farolas en la ribera.

jueves, 4 de agosto de 2011

El primer tren

Posiblemente no era sencillo hallar la salida del laberinto en el que mi vida se había transformado. Estar solo y sentirse solo, no había gran diferencia entre ambos verbos en aquel entonces. El amor hibernaba en algún lugar, de eso no había duda, el problema era saber dónde se ubicaba ese espacio y cómo acceder a él.

En esa ausencia de esperanza, vagabundeaba por los vericuetos de una anodina subsistencia hasta que una jornada cualquiera, el azar me llevó a la espera de un ferrocarril. Nadie sabía de tu presencia en aquel tren, nadie te esperaba, nadie podía prever que aquel día estaba reservado para nuestro encuentro.

En un vagón de impreciso número, tras abrir la portezuela, apareciste como la luna en las noches de estío, serena, brillante y majestuosa. Cuando nuestras miradas se cruzaron el mundo se detuvo, nada importaba, todos dejaron de existir, nos sumergimos en corazón ajeno, buceando entre mareas hasta alcanzar la incipiente semilla que acabábamos de plantar el uno en el otro.

El encuentro de nuestras pieles se produjo de manera fortuita mas ya era  añorado por desconocido, jubiloso en su contenido, urdido en lo más profundo de nuestro deseo y convertido en germen imparable de dichosa cosecha.

Recorrimos las calles paseando con orgullo nuestra devoción, nuestra alegría, nos besamos en cada rincón jugando a esquivar las indiscretas cámaras de seguridad de las esquinas. Éramos felices incluso compartiendo un simple gesto bajo la tenue luz de una farola. Devoramos demasiado rápido las perdices.

Nos separaba la salvable distancia que trababa nuestro encuentro, las inquietudes impacientes de la juventud, el siniestro abismo etario que en ocasiones jugaba con nosotros haciéndonos hablar lenguajes ininteligibles que nos sumían en la tristeza del amante no correspondido. Naufragamos en un mar que no supimos cruzar…

martes, 2 de agosto de 2011

El límite de la oscuridad

Una premonición invisible quiebra sin piedad el sueño. Nada existe entre los infinitos límites de esta oscuridad. No más cábalas, no más insomnios a deshoras, me digo. A mi lado, las palabras que condujeron al sueño. Alzo el ser con una retahíla ininteligible sólo detenida por el esfuerzo de vencer esa astenia que impide al día iniciar su andadura. Sin pretensión, amanece la rutina.

viernes, 29 de julio de 2011

Silencio de amor

Un padre viudo que no ha superado la muerte de su mujer, no ha elaborado su duelo y de una forma inconsciente aborta cualquier posibilidad de nueva relación, además de expiar un subjetivo sentimiento de culpa en la loable tarea de acompañar con la lectura a los enfermos de un hospital. Una adolescente inteligente en un cuerpo de niña que comienza a reclamar que se le trate como a un adulto. Un ácrata enclaustrado en un mundo paralelo y volcado en la carrera por cambiar el sistema. Una hija y su madre distanciadas por incompatibilidades solucionables por el amor que se profesan y que nunca se han confesado.

Ciertamente se trata de personajes quizás demasiado arquetípicos pero tratados de una forma exquisita con un acompañamiento literario y musical no exento de espiritualidad, que arropa en todo momento su particular devenir en la historia que se relata y cuyo fin nos anticipa cuando Alessandro lee una parte del precioso poema que da título a la película.

Posiblemente su final sea previsible pero no por ello menos hermoso. Si además tenemos en cuenta el panorama cinematográfico actual (al menos en provincias) resulta muy estimulante disfrutar de relatos como éste.

T'amai di quannu stavi dintra la naca,
T'addivai ducizza a muddichi a muddichi,
Silenziu d'amuri ca camini 'ntra li vini,
Nun è pussibili staccarimi di tia.

Nun chianciti no, albiri d'alivi,
Amuri e beni vengunu di luntanu,
Dilizia amata mia, sciatu di l'arma mia,
Dammi lu cori ca ti dugnu la vita.

Vacanti senza culura tengu lu senzu ,
Quanno 'na mamma si scorda a so figghiu,
Tannu mi scordu d'amari a tia,
Ti vogghu bbene picciridda mia.

Vulati acidduzzi iti ni ll'amata,
Cantantici mentri nc'è morte e vita,
Comu tuttu lu munnu esti la campagna,
Tu sì a Riggina e ju Re di Spagna.

(Alfio Antico, Silenzio d'amuri)

miércoles, 27 de julio de 2011

Casi una oda

Reflejos estoicos
conjugados entre surcos
y antiguos vestigios
grabados con tenaz sufrimiento
otrora dominante en tu historia
son ahora luminiscentes candelas
que nuevo amanecer
brindan a tu encuentro
cándido refugio de pueril inocencia
alma que desconoce mancilla
un mar de sueños te espera
despliega velas al viento
parte con premura
sin miedo al horizonte
alcanza el ansiado paraíso
destino casi olvidado
allá donde eterna ventura
surque benévola tu rostro.

domingo, 24 de julio de 2011

Un gesto de ternura

Una barandilla de aluminio desafía el sol de mediodía y éste hace brillar su orgullo.

Esther se dirige con parsimonia a su vehículo ante la indiferencia del gorrilla. Detiene su paso y hurga en un bolso acarreado sin entusiasmo. ¿Dónde puse las llaves?, repite con insistencia.

El niño le mira desde una ventana y sonríe. Sus dedos menudos se mueven acompasadamente en un gesto de ternura.

lunes, 18 de julio de 2011

El impasible segundero

Sin interés por el avance impasible del segundero, ordeno con disimulada fatiga el fruto de una ciclópea jornada y pongo fin a mi conectividad online. ¿Dónde está la improvisación? Si las piezas no estuviesen ordenadas, sería imposible completar el rompecabezas. No admite réplica el argumento. Blindado y perfecto para una tercera ola. Deshumanizador y alienante para asumirlo.

martes, 12 de julio de 2011

Bella sin alma

Asomada al alféizar de la ventana, contemplaba con estupor cómo el terrorífico dragón portaba en sus fauces al apuesto joven que minutos antes selló sus labios con un ósculo.

Quedó horrorizada y, sin poder contenerlo, un bostezo se dibujó en su semblante.

jueves, 7 de julio de 2011

Luz y Mar

Un beso siembra
jubilosa y ansiada primavera
y florece en el corazón
como campo fértil de vida
donde parir desea alegría.
Vientos hipérboles,
portadores de vigoroso fluido,
alimentan una recóndita gloria,
armonía luminosa
que brotar espera
del aliento, gozo sincero;
del vientre, océano sereno.
Tras de ti, Mar en calma,
Luz regocija al universo.

lunes, 4 de julio de 2011

Angustioso sigilo

Como cada mañana un runrún me interrumpe el descanso, como cada mañana aborrezco su estirpe. ¿Hay acaso objeto más odiado? Y es éste un aborrecimiento infinito. Mis ojos apenan aciertan a mantener unos segundos la mirada y mis tímpanos permanecen paralizados ante el angustioso sigilo. Todos los sentidos te buscan pero hallan ausencia. En un intento por rescatarte, busco una luz al otro lado de la tronera y al encuentro llega la lluvia.

sábado, 2 de julio de 2011

La importancia de no derramar café

Le gustaba llegar temprano ya que el ritual exigía su tiempo. Pausadamente colocaba la cápsula en el receptáculo y aquella tostada semilla inundaba la oficina de un aroma soberbio.

Aquel día, coincidiendo con la última gota de moca, la puerta se abrió inesperadamente. De la chistera de los recursos recuperó una espléndida sonrisa con la que agasajar al recién llegado gerente. Una estudiada cortesía le permitió salvar un saludo para, inmediatamente, apostillar no sin cierto orgullo, podemos estar satisfechos con los números del trimestre.

El directivo le miró sorprendido, verdaderamente nunca me importó demasiado tu concepto de satisfacción siempre que las estadísticas ofrecieran los datos adecuados, le contestó sin disimular su contrariedad mientras forzaba una mueca de disgusto por el café que acababa de derramar.

jueves, 30 de junio de 2011

Alva

Dejaba el mar tras de sí cuando dirigió el vehículo a través de la perfecta recta pavimentada que atraviesa la exuberancia verde del cereal, sólo interrumpida por el blanco inmaculado del campanario. A medida que acortaba distancia, el edificio ganaba magnificencia y el vetusto roble desafiaba su belleza. Tomó el desvío y en pocos segundos alcanzó la verja.

Junto al camino que rodea la iglesia, a la izquierda del longevo fagáceo, una mujer permanecía impasible al devenir de la tarde. Sin duda se trataba de Novalie. Lars se acercó y la saludó con voz queda. Ella le miró y esbozó una sonrisa imposible en su rostro aún húmedo mientras su mano asía la de él con rabia contenida. Al dirigir Novalie de nuevo su mirada hacia la tierra, Lars tropezó de bruces con la realidad.

Una pequeña piedra rectangular donde se leía Alva rompía el perfecto orden del césped, alrededor unos juguetes huérfanos. Lars los limpió con pulcritud.

Tampoco pudo evitar la misma sensación de humedad que antes sintiera Novalie.

martes, 28 de junio de 2011

El delicado efluvio del papel

Suelo encontrar satisfacción en la lectura nocturna. Despedir la rutina cotidiana con una aventura, un ensayo o un poema. Una torre de literatura flanquea el espacio de nuestro abrigo y proporciona perspicaz material para un gozoso encuentro. No acierto a comprender tu renuncia al suave tacto y el delicado efluvio del papel. Sólo un minuto y regreso de Portugal con un elefante, argumento mientras intentas sin éxito que renuncie a mi voluntad infinita de viajar.

domingo, 26 de junio de 2011

El jardín de Xuyuan

Lago del jardín de Xuyuan
Shen es un hombre menudo, recto de espíritu y optimista. Hace unos años partió de Quanjiao hacia la vecina metrópoli de Nanjing en busca del sol pero en la gigantesca urbe los desafiantes edificios y la omnipresente contaminación no dan tregua a la luz. Shen vive una permanente existencia gris muy a su pesar.

Akame siempre ha vivido en esta ciudad. Su familia posee un pequeño negocio que regentan hace incontables generaciones. Ella es grácil y de modales pulcros, sonríe con el entusiasmo de su juventud pero hay acíbar en sus ojos.

La primavera alcanza Nanjing a través del jardín de Xuyuan, junto al lago en torno al cual todo el parque gira. Akame pasea cada tarde cerca de la orilla. En su lento deambular, su figura parece evitar el agua cuando ésta le devuelve su reflejo. Cerca de allí, el cálido movimiento de un grupo de Tai-Chi-Chuan constituye el particular indicio de que la noche se avecina. Para Shen es un momento de paz interior, sólo alterada al apercibir la presencia en la distancia de Akame. Sus miradas se cruzan con esa intención fugaz e inocente que sólo existe en antiguos relatos, originando un cataclismo en sus corazones.

Shen recoge su mochila y sorteando un arbusto que nunca antes estuvo allí, se dirige al encuentro de aquellos lánguidos ojos con la celeridad que sólo el entusiasmo proporciona. Akame, aún sonrojada, guarda discretamente su pena, y se prepara para el inminente encuentro. Cuando finalmente Shen llega a su lado, su alma ilumina el parque y, extendiendo sus brazos, le ofrece una flor de loto. Ella acepta el presente, lo toma con delicadeza mientras su corazón inicia una carrera desenfrenada contra su voluntad.

Los últimos rayos de sol sobre el lago de Xuyuan iluminan el emocionado fluido que brota desde el interior de Akame. Con quietud, Shen, aprehende su terciopelo y la conduce a través de los árboles a la tierra donde nacen las flores de loto.

sábado, 25 de junio de 2011

Constelaciones

En el aire se adivina la noche. El silencio de la penumbra sólo es interrumpido por el pulular de nuestras palpitaciones. Bajo la ingente masa estelar uno se siente frágil. Apunto el índice hacia el infinito y juego a trazar las constelaciones. ¿Dónde está Orión?, preguntas mientras observas cómo mi dedo dibuja la silueta de la Osa Mayor. A tu espalda, contesto, abril entra en su recta final y pronto dejaremos de verla.

jueves, 23 de junio de 2011

Un sentimiento perpetuo

Se marcha con discreción, sin queja, con sufrimiento, sin despedidas.

Subitamente toda una trabazón construida con ternura y mimo, desaparece. ¿Un delirio fugaz? En cualquier momento puede regresar, no resulta extraño, cada día es más complicado anticipar su vuelta.
Suena egoísta pero hubieras deseado que te esperase, mejor aún, embarcaros juntos en ese viaje. Hay una impronta en cada objeto de la casa, un esfuerzo en cada rincón, una ilusión en cada proyecto y ahora sólo uno podrá completar el sueño.

Ya no sirven palabras, es otra la manera para hacerte escuchar, desde la soledad se percibe mejor su presencia, desde el interior se aprecia mejor su alma.

Deja la miel de sus labios, el espíritu de su vida, deja el empeño en un mañana, un olvido para rencores, un abismo en el lecho y un sentimiento perpetuo.

miércoles, 22 de junio de 2011

Un inquebrantable escudo

Me gusta mirar con disimulo tu rostro cuando estás sumergida en la lectura. Un inquebrantable escudo te aísla de la realidad que sólo alcanza algún resquicio cuando intuyes que te observo. No seas bobo, espetas simulando un enfado, intento concentrarme. No puedo evitarlo, me defiendo, resulta delicioso ver cómo los sentimientos se reflejan en tu semblante. En un instante una minúscula almohada cambia el refugio de tu espalda por la incertidumbre de un vuelo sin destino claro.

lunes, 20 de junio de 2011

Siempre hay esperanza ( 19J )

Tras haber sufrido no pocos ataques, directos e indirectos, desde los medios de todo color y signo político, la llamada #spanishrevolution o movimiento 15M se hace de nuevo a la calle para reivindicar su manifiesto por una democracia real y contra el pacto del euro.

La manifestación más emblemática, la que todos esperábamos con tremenda expectación, ha sido sin duda alguna la de Barcelona, por los acontecimientos sucedidos en las últimas semanas y que dieron comienzo con la carga policial en plaça Catalunya, los cuales ya merecieron un comentario en este blog. Pues bien, una vez más los habitantes de Barcelona han dado una lección magistral a sus políticos, los mismos que unos días atrás les criticaban con una dureza carente de toda piedad.

A lo largo y ancho de todo el país se han sucedido las concentraciones en un ambiente lúdico y reivindicativo. No importaba tanto el cuánto como el porqué de estar allí. En ellas hemos podido contemplar gente de toda edad, condición y procedencia; padres por sus hijos, abuelos por sus nietos, jóvenes por su futuro y bebés que tomaban contacto con el mundo a través de una protesta que, de una forma u otra, nos ha llevado a las calles para que no tengan que volver a hacerlo ellos.

Nada me parece más emocionante que comprobar que la comunidad a la que perteneces está viva y no desea ser tratada como una ingente masa descerebrada. Hoy la calle ha vibrado con nuestro espíritu, sentados en el asfalto, éste palpitaba al ritmo de nuestros corazones. En este soleado día del final de la primavera, hemos sido un poco más conscientes que nuestro futuro nos pertenece, que tenemos fuerza y ganas de cambiarlo, y que de forma pacífica es posible alcanzar cualquier meta que nos propongamos.

Get up, stand up: stand up for your rights! (Bob Marley)

jueves, 16 de junio de 2011

El néctar de tus labios

Con cariñosa premura me sientas junto al hogar y me anticipas un sorbo del néctar de tus labios. ¿Te hablé de mi adicción a él?, la partida es siempre el cronómetro que marca el tiempo hasta volver a encontrarnos. Tu singular acento convierte en música cada palabra que tu boca pronuncia. He tomado prestado de tu almohada parte de tu sueño, dijiste, aquel que compartiste conmigo. ¿Eramos felices?, pregunté, no había lugar para otro deseo, contestaste con rotundidad mientras nuestras manos anulaban distancias.

miércoles, 15 de junio de 2011

Che gelida manina

Una vez concluido el relato anterior con la soberbia aria Che gelida manina, perteneciente a la fantástica ópera de Puccini "La Bohème", basada en el libro de Henri Murger de título Scènes de la vie de Bohème, uno queda con la sensación de que la obra tiene sentido cuando puedes entender lo recitado y ver a los personajes.

Unas pinceladas acerca del contexto: la historia inicia en París. Allí, cuatro amigos bohemios, Colline, Schaunard, Marcello y Rodolfo, comparten una buhardilla que a duras penas consiguen pagar. En el primer acto, Colline, Marcello y Schaunard se disponen a disfrutar de un dinero que este último acaba de conseguir. Rodolfo, sin embargo, decide quedarse. Una vez solo, alguien llama a la puerta. Se trata de Mimi, una joven costurera que habita en la misma pensión, que le pide ayuda para encender su vela. Segundos después, ella vuelve porque ha olvidado su llave. En ese momento, ambas velas se apagan por lo que deben buscarla a oscuras, situación que facilita el acercamiento de la mano de él con la de ella, encuentro propiciado por Rodolfo quien, a estas alturas, ya se ha enamorado de Mimi.

He traído la versión de Roberto Alagna que, en mi opinión es muy buena. Ojalá la disfrutéis tanto como yo y espero que os lleve a escuchar la respuesta de ella: Si, mi chiamano Mimi.

martes, 14 de junio de 2011

Éxtasis armónico

El fulgor de las candelas rompe la penumbra que esconde el pergamino a mis extenuadas pupilas. Busco incansable una nota perdida entre fusas y corcheas. Hurgo en mi mente, que la ubicó entre violonchelos hace tan solo unos minutos, cuando el violín solista reclamaba su liderato. Una clave de sol se desliza bajo la mesa rebosante de pentagramas; con ella sueñan clarinetes, fagots y oboes. Súbitamente un fa sostenido viene al encuentro de las cuerdas a la vez que inicia su entrada el viento metal. Me sumerjo en el júbilo que dictamino con imaginaria batuta ut queant resonare al tiempo. Y en un inesperado éxtasis armónico, Terpsícore introduce la percusión al conjunto en una apoteosis laxis fibris.

lunes, 13 de junio de 2011

Contra la servidumbre

Se negó
a secundar férreas disciplinas,
a no encarar la vida.
No más coacciones
ni esfuerzos sin recompensa,
no más tremores
ni pesadillas,
no más palabras ahogadas
en océanos infinitos,
no más pérdidas
en caminos atorados.
Se negó a dilapidar
ni un segundo, ni un latido
del resto de su existencia,
él es ahora su rumbo, su guía y su meta.

viernes, 10 de junio de 2011

Los pétalos de las amapolas

El roce del aire en los pétalos de las amapolas me devuelve a la realidad. Ensimismado en la bella postal de un antiguo faro cuya linterna guió nuestro rumbo, no acierto a calzarme. La improvisada almohada de hierba presta el impulso que necesito y alcanzo el camino que con apasionado brío inicié . Un delicioso ramillete de sutiles deseos acompaña mi regreso. Tan frágil que precisa cuidados, tan sólido que nada quiebra su raíz.

miércoles, 8 de junio de 2011

Ayer te esperaba

Destino
Ayer te esperaba, nada diferente de cualquier otro día pero absolutamente especial y único. No importa, cada minuto puede ser exclusivo, irrepetible. ¿Oíste las noticias esta mañana? Miles de personas por toda Europa se infectan con una bacteria de ridículo nombre que les lleva al borde de la muerte, a algunas directamente a ella. Todo por comer un indeterminado alimento de dudoso origen. En minutos, su futuro ha cambiado. No ha sido su decisión.

Ayer te esperaba, sino, y he decidido que a partir de ahora seré yo quien dicte las pautas y establezca las normas. Como protagonista de mi historia, reivindico el derecho a escribir el guión. Como integrante de un mundo en constante movimiento que convierte en simas las distancias entre las personas, reivindico la lucha para que la indiferencia no convierta en costumbre lo que es injusto.

lunes, 6 de junio de 2011

El sabor del silencio

No necesito excusas para despojarme de tejidos y sentir cómo vibra la naturaleza. Prefiero saborear el silencio al falso mutismo del asfalto. La primavera ha devuelto el color que el invierno le sustrajo. El roce de mis pasos genera música y el agua del arroyo acaricia mi piel. Cierro los ojos y ahí estás tú, siempre has estado, observando, sonriendo, amando.

jueves, 2 de junio de 2011

Sin mesura

Resuelve mi sueño,
abandónate a él con dulzura,
esparciendo besos y alivios
sin mesura.
No sufra más tu alma,
por mi noche oscura,
mágicos aceites y remedios,
ungidos con ternura,
sabrán rescatar mi espíritu
hacia mañanas más seguras.

lunes, 30 de mayo de 2011

Una luz vespertina

Nuestra casa se oculta entre los árboles que salpican la llanura y en ella escondes el corazón. Un atisbo de luz vespertina aparece en tu sonrisa cuando anticipas mi regreso. Detengo mi paso en una curva próxima al arroyo, quiero tomar un sorbo de silencio y saciar mi sed de paz. Desde la distancia el perfume de tu amor me obsequia una bienvenida.

sábado, 28 de mayo de 2011

Era necesario

Era necesario que recuperásemos la fe en nosotros mismos, era necesario reinventar nuestro previsible destino, era necesario romper la rutina política que se nos presentó como óptima, era necesario denunciar la desvergüenza financiera, era necesario detener el drama de miles de familias endeudadas por un hogar que no poseen, era necesario que se tomaran las calles para que el grito fuera aún más audible, era necesario limpiar la plaza de Catalunya… ¿era necesario?
No se apaga una voz con una carga policial Sr Puig.

jueves, 26 de mayo de 2011

"Miel (Bal)", de Semih Kaplanoglu



¿Puede ser una palabra innecesaria cuando habla una mirada, cuando la imagen en sí misma es poesía…? Los bosques de Anatolia son mágicos, entre sus árboles los duendes esparcieron el color de las flores y de ellas recolectan las abejas para crear la ambrosía que da nombre a la película y es el sustento de Yusuf y su padre. La presencia de éste inunda la pantalla, no se prodiga pero tampoco es necesario. No precisa mover los labios para hablar ni de palabras para comunicarse. Yusuf es digno vástago de este hombre, hace honor a su genética mas no siempre el mundo comprende su lenguaje; padre e hijo se constituyen en un microcosmos donde no hay lugar para más habitantes, ni siquiera la mirada materna, en todo momento dulce y cercana, consigue escudriñar el universo del hijo. Yusuf encuentra en su padre comprensión, cariño, fuerza, complicidad y luz, por eso cuando él no está, su mundo se torna en sombra…

martes, 24 de mayo de 2011

El abanico

Un abanico de hierro surca el aire hacia el oeste. Aunque la jornada está próxima acabar y el murmullo del pasillo aumenta al ritmo del segundero, mis ojos siguen el fluir del aire que, sin éxito, intenta esparcir las varillas multicolores del abano. De repente, unas palabras brotan desde algún rincón anónimo, no conseguirás un aumento por tu esfuerzo extra, y se pierden entre la confusión.

sábado, 21 de mayo de 2011

Indígnate tú también

Al comentar la velocidad de los acontecimientos que se originaron en el siglo pasado, de la magnitud de los sucesos que nos ha tocado vivir hablaba de aquellos que de forma pasiva hemos observado cómo sucedían en otro momento u otro país. Posiblemente no éramos conscientes de la importancia de los mismos y de la impronta que en nuestra historia reciente estaban dejando.

La evolución de los mismos ha ido íntimamente ligada al desarrollo de formas de comunicación alternativas a las habituales, las cuales son en sí mismas inicio y base de esa revolución. Su influencia ha quedado más que patente en las últimas protestas surgidas en países árabes.

Siempre se ha dicho que España no es un país con tradición asociacionista y posiblemente sea cierta esta afirmación. Lo más preocupante no era tanto la ausencia de este tipo de movimientos como la dejadez social ante cualquier tropelía por muy descabellada que ésta fuese.

Para sorpresa de todos, me incluyo en esto, un numeroso grupo de personas, predominantemente jóvenes, esos a los que tanto se les ha tachado de pasotismo, haciendo uso del poder que retorna al individuo con las mencionadas nuevas formas de comunicación, se han plantado en calles y plazas para exigir las riendas de su vida y su futuro, una auténtica libertad y una democracia real.

Alejados de todo partidismo, esas metas se presentan como consecuencia lógica del deterioro de la imagen política en este país y este movimiento como un hálito de vida de una sociedad que creíamos carente de toda sensibilidad e inquietud. No puedo por menos que estremecerme al contemplar a toda esa gente en la calle, emocionarme cuando he estado con ellos y, como no, suscribir su manifiesto por una democracia real.

Si nuestra sociedad se mueve, debemos movernos con ella.

jueves, 19 de mayo de 2011

La ventana

Las copas de los árboles no pueden ocultar la vergüenza del cemento, el hierro desafía la gravedad y su frialdad le separa del calor de la tierra. Desde el tupido manto de hojas las torres levantan su mirada al viento y se hierguen altivas entre las nubes. Su gris comienza a difuminarse. Ha llegado la lluvia.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Una visita inesperada

Siempre has sido un rebelde, no te gustaba estudiar pero el no hacerlo suponía un conflicto que en aquel entonces no podías permitirte. Así comenzaste a desarrollar tu particular protesta contra el sistema. Acudías a clase pero en el momento de mayor interés, te girabas, apoyabas tu espalda contra la pared y fingías dormir. Te pasas el día cazando moscas, solían repetirte. Mirabas con desdén y retornabas a tu posición inicial. Jamás dudaste que existía un cierto complot, no te extrañaba que tus padres confabulasen con esos tiranos que tenías como profesores. Incluso antes de terminar tus estudios ya sentías debilidad en tus extremidades, si es cierto que era algo intermitente pero afectaba a todas ellas. En realidad no te importaba demasiado, necesitabas por aquel entonces de toda tu energía para disfrutar de todo aquello que un adolescente puede ansiar. Te divertías, desfasabas,vivías el presente.

Cierto día, tu hermana, que desde unos pocos años atrás vivía ya independiente, acudió a visitaros de manera imprevista porque, os dijo, tenía que comunicaros una mala noticia. A raíz de un problema de salud, le diagnosticaron una rara enfermedad degenerativa de carácter hereditario por lo que todos debisteis someteros a unas pruebas. Por un instante tuviste la sensación que tu corazón se había detenido al escuchar la noticia. Sin duda yo no tengo ese problema, te repetíste aquella tarde hasta la saciedad. El tiempo de espera hasta recoger resultados fue terrible, ¿hay algo peor que vivir en la duda? Todo se transformaba, hasta el más mínimo hormigueo parecía un síntoma letal. Estabas aterrado y quizás por ello no pestañeaste cuando, tras un sinfín de circunloquios, se atrevieron a comunicarte el resultado positivo de las pruebas. No había nada que añadir, nada que preguntar... sólo querías correr, escapar de aquel lugar, de aquella ciudad, de aquel país, del mundo. Tu inexorable destino te encontró, por supuesto.

Has perdido la cuenta de los años transcurridos desde entonces, no sabes si sumar años o restartelos. Te queda la palabra. Eres un superviviente, en el fondo siempre lo has sido.

domingo, 15 de mayo de 2011

Lorca en el corazón

Si no hace mucho partía mi corazón entre Japón y Haití, países de los que aún recibimos tristes noticias, esta semana la furia de la tierra alcanza el nuestro. Una tarde engañosamente parecida a otras, mientras que los lorquinos agotan las últimas luces del día, un estruendo siembra el terror en sus almas. En esos segundos que duran eternidades, miles de habitantes anónimos contemplan con estupor cómo, en todo o en parte, el fruto de su trabajo, la razón de sus esperanzas e incluso fragmentos de sí mismos, se pierden en el caos del seísmo. El daño en el tesoro artístico es irreparable, el infringido al tesoro humano, también.

Observas las imágenes y sientes que Lorca aún no ha despertado de su pesadilla. El terror es un compañero de viaje difícil de desligar y la gente allí aún no ha concluído ese trayecto. La angustia sigue ubicada en sus rostros y la tristeza en sus miradas. La tierra ha marcado sus vidas y el tiempo hará desvanecer la huella pero no el recuerdo de ese día. La luz volverá a Lorca y, sin lugar a dudas,podremos encontrar la mejor manera de guiar su regreso.

miércoles, 11 de mayo de 2011

Los aranceles del tiempo

Actualmente se premia la juventud, se considera un valor añadido la belleza y la senectud nos alcanza mucho antes de lo que podríamos esperar. Nuestra esperanza de vida es ahora mayor que nunca antes lo ha sido y, sin embargo, la mayoría de las personas no son capaces de disfrutar de este avance ya que pasan gran parte de esa madurez luchando por evitarla, combatiendo sus signos y, cuando finalmente se rinden a la obvio, han perdido la maravillosa posibilidad de disfrutarlo.

En realidad, podemos considerar que envejecemos cuando los recuerdos rebosan nuestra capacidad de memorizarlos, cuando vamos asistiendo a la paulatina desaparición de aquellos referentes de nuestro pasado, cuando un día comienza a parecerse peligrosamente a otro, cuando empieza a abandonarnos la emoción y ya no somos capaces de ilusionarnos con los guiños que la vida nos hace, cuando, en definitiva, amanece y no encontramos una razón para levantarnos, para sonreír…

domingo, 8 de mayo de 2011

Las puertas abren hacia afuera

Recibí tu correo mientras la rutina ganaba segundos de mi vida y el tedio sentaba precedente en lo cotidiano. La ilusión es una virtud que pocas veces resulta gratuita y, sin embargo, es tan sencilla de perder, por uno mismo o en manos de algún desalmado.

He pasado de sobrevivir en una gran urbe a un calmado edén, me decías, y hasta los silencios son plenos porque las palabras son únicamente accidentes en el camino que me une a su corazón. Me miró y quedamente me dijo ¿vienes a casa?, continuabas, y en ese momento sus ojos me mostraron la luz que señalaba el fin de mi laberinto y le seguí...

Sentí mi rostro humedecerse con tu alegría, hice mía la emoción que impregnaste en tus palabras e imaginé por un instante que esa sonrisa, que tan bien conocía, me la dedicabas a mí. Vivía en un mundo mítico, insistías en tu correo, donde casi nada parecía ser real hasta que sus manos se fundieron en mi terciopelo y sus ojos en mi alma. Casi podía palpar tu júbilo...

Mi respuesta, contabas, fue afirmativa y he unido mi rumbo al suyo para surcar el mar de la esperanza. Esa travesía nos ha traído al país que le vio nacer, una tierra de verdes campos y casitas rojas donde las puertas abren hacia afuera y los corazones hacia adentro.

A Raquel

viernes, 6 de mayo de 2011

La parada

La estancia es pequeña, impersonal y atemporal, podría haber sido cualquier otra su función pero fue elegida como parte de nuestras vidas por un curioso destino, originado sin duda en el mismo lugar que se gestó la idea de tornar verdes sus muros. ¿Es ese el color de la naturaleza tras ellos? Quizás fue nuestra esperanza en derribarlos algún día no muy lejano la responsable de tal fenómeno.

Nuestros guardianes se mueven entre nosotros, sorteando una serie de infame mobiliario que por alguna extraña razón desconocida sigue en uso, ¿es acaso una broma macabra o un pensamiento general? No teníamos previsto detener nuestros caminos en esta parada, nos vemos ligados a ella sin elección y, de la misma manera, volvemos a ella con cuidada frecuencia hasta que un día a través de la megáfonía del vehículo alguien anuncia que la parada queda anulada, al menos temporalmente...

A mi alrededor mucha resignación y rabia contenida en rostros que, como el mío, acuden periódicamente a este triste habitáculo. Todos, como digo, albergamos el secreto deseo de romper esa invisible cadena que a esta celda nos ata inexorablemente.

lunes, 2 de mayo de 2011

Il sole (3/3)

A veces la vida nos hace caminar por siniestros recodos en los que resulta sencillo naufragar, lugares donde perversas sirenas embaucan a los hombres con sus cantos, entretejiendo complejas melodías que les enlazan sin remedio a la oscuridad. Como Ulises, hemos partido de una tierra sin retorno pero no perdemos la esperanza de divisar Ítaca y soñamos con arribar al consuelo del afecto, al seguro refugio de nuestro hogar.

Cuán duro largo resulta el camino cuando se hace en soledad, qué interminable la noche de quien no cree en un mañana, qué tristes mis palabras si tú no las lees. Éstas surgen reptando entre duermevelas, penetrando en mis sueños hasta romperlos. Desde la callada quietud, en la profunda negrura, vierto deseos en estas líneas porque la espera resulta dulce cuando pienso en ti, porque eres la razón de mis palabras, porque tú eres la luz que anhela mi corazón.


sábado, 30 de abril de 2011

Dimma (2/3)

Paseo entre gentes de rostro amable pero impenetrable y mientras su lenguaje tintinea a mi alrededor, mi mente trata de retener todos los detalles que me rodean, el aspecto falsamente retrógrado de sus construcciones, la pausada calma de la población, los bosques que despiertan a la primavera tras el aletargamiento del crudo invierno escandinavo, el oscuro casi ferruginoso color del agua de ríos y lagos, y, sobre todo, los olores de ciudades y campos...

No siento añoranza y los luminosos días de cálido sol me ayudan a sentir cómo el frío del norte dejó de ser el punto de discordia en esta inusual relación con esta tierra, cuando acaricio la arena de costas cuyo fin no alcanzo a adivinar y sumerjo mi mano en un mar aún gélido, sin embargo ahí estás tú para impedir que mis sentimientos se dispersen entre las brumas de la isla de Tylön, más allá de donde el dorado reflejo del sol alcanza las dunas... mi corazón sonríe y su felicidad satisface mi alma. Por un instante la niebla me hizo perder la línea del horizonte pero tu luz nos guió al anhelado puerto del que no deseo zarpar.

martes, 26 de abril de 2011

Rain (1/3)

En silencio, con el alba
junto a tu sueño,
amanece mi alma
por si despierto
pudieras necesitarla.
Noble semblante, gesto sincero,
todo a tu lado es calma.
De diciembre a enero
en mi corazón te hallas
y si digo te quiero
a mi voz, un ángel acompaña…

sábado, 23 de abril de 2011

Haga Nygata

El sol calienta los oscuros canales de la ciudad, camino evitando los tramos de adoquines y mis pasos me conducen a una antigua fábrica, en torno a los edificios que la componen se abre un largo patio con una cafetería en uno de sus extremos. Entro en la semipenumbra del local y tu aroma sale a mi encuentro, el aire allí quedó impregnado por tu presencia pero ya no consigo verte ni tan siquiera entre las gentes que animadamente charlan en la terraza... ya nada me retiene en aquel lugar así que busco la salida opuesta para no perder tu rastro.

Vuelvo a la ribera del río con la esperanza que tú también sigas su curso como antaño hacíamos juntos, alcanzo a observar un grupo de turistas que en una motora sonríen como si estuviesen en una permanente fotografía pero no tu reflejo ya se perdió de las gélidas aguas del canal... recuerdo entonces cómo disfrutábamos de nuestros paseos por Haga Nygata, las interminables conversaciones en aquellas terrazas bajo el vespertino sol de primavera y el brillo de tus ojos cuando me mirabas con tímida complicidad...

Mis idas y venidas me habían llevado al Viktoriapassagen donde saboreaba un espresso en el rincón de Da Matteo donde solíamos besarnos furtivamente cuando nos resguardabamos de la lluvia, acabé rápidamente mi café y atravesando Kungsparken dirigí mis pasos hacia Hagakyrkan para alcanzar casi sin aliento el inicio de nuestra calle para, con renovado impulso, llegar al Jacob´s café y allí estabas tú, esperándome y, sonriendo, me diste la bienvenida, devolviendo la luz a Göteborg y a mí...

viernes, 22 de abril de 2011

Halmstads tre hjärtan

Cuando Christian, rey de Dinamarca, el cuarto de ese nombre, llegó a Halmstad con sus ingenieros para fortificar la ciudad quedó sumamente impresionado por la belleza de aquel lugar. Siguiendo la desembocadura del río Nissan alcanzó el antiguo castillo que dificilmente se mantenía en pie. Resultaba urgente su reforma, las tropas suecas no tardarían en estar listas para la guerra. Allí el rey se reunió con su séquito y, entre la distinguida sociedad que le agasajaba, se encontraba Kirsten, la dulce hija del duque de Halland. Las reformas del slott marchaban a buen ritmo pero el soberano ya sólo tenía ojos para la joven doncella, juntos contemplaban la hermosa puesta de sol sobre Kattegat y ya el sublime lazo del amor le unía sin remedio a Kirsten.

Un lluvioso día al inicio del otoño los ingenieros holandeses que el rey trajo consigo le comunicaron el fin de las obras de fortificación de la ciudad... había llegado el momento de regresar a la corte, la reina Ana le esperaba impacente ante la inminente guerra contra Suecia pero ya no había vuelta atrás para Christian, la hija del duque pronto daría a luz y la ruptura con la reina era inevitable.


El rey murió defendiendo Halland junto al lago de Vapnö y, llevado a su amada Hamstald por sus generales, falleció en brazos de su enamorada... antes de expirar cedió tres corazones al pendón de la villa, uno por la bella Kirsten, otro por desear que el propio descansase allí y un tercero para la ciudad que tanto amó... son los tres corazones que aún ondean en la ciudad de Halmstad.

jueves, 21 de abril de 2011

Kattegat

El sol desciende suavemente hacia el oeste mientras el coche avanza abriéndose camino entre los verdes prados. A nuestro alrededor las casas parecen estar separadas por la carretera como si de una calle se tratase, sin embargo ningún ser humano se hace visible en este paisaje, todo parece estar detenido en el tiempo, un instante polaroid. Movidos por un extraño y desconocido resorte mientras atravesamos el pueblo de Morup, desviamos nuestro automóvil en busca del mar que desde unos kilómetros atrás nos marca en la distancia el recorrido.

Según avanzamos entre granjas y veredas, la luz del océano desaparece de nuestra vista para volver justo al final de una curva, buscamos su pista en los aromas que la tarde nos acerca y finalmente conseguimos guiar nuestros sentidos hacia la inminente puesta del sol. Allí, en una perdida playa del Mar del Norte, volvemos a encontrarnos con un intenso azul oscuro cercano al negro que acariciando un costa rocosa acaba muriendo al pie de la verde campiña... mas nuestro corazón descansa con el sol y solo ansía la llegada del nuevo día en esta mágica tierra.

lunes, 18 de abril de 2011

Välkommen till Sverige

Posiblemente la primera impresión que uno tiene al aterrizar en el sur de Suecia es que ha llegado a un país eminentemente rural, grandes campiñas, granjas, todas las casas que la vista alcanza a contemplar son pequeñas viviendas, núcleos unifamiliares que rara vez llegan a formar una población y cuando llegas a una ciudad, que en este área son de pocos habitantes, sorprende igualmente que no hay, salvo excepciones, edificios de más de 3 ó 4 alturas con una gran cantidad de espacios verdes. Ciudades pensadas para las personas donde hay prioridad para ciclistas y peatones. Ciudades que, a diferencia de las nuestras, no son ruidosas; aquí la gente no vive en un permanente cabreo...

Para alguien venido del sur de Europa, incluso la luz del sol nos parece diferente. El campo acaba de liberarse del invierno y despierta a la primavera, los primeros bulbos asoman tímidamente junto a los árboles y alrededor de los múltiples lagos y arroyos que aquí existen. Todo este idílico paisaje que parece sacado de una película de Bergman aparece inmaculadamente limpio, con unos tonos peculiares, como diría, el color es intenso pero mate, sin la luminosidad que deslumbra allí en el sur pero proporciona una singular belleza a esta tierra que mira al mar convirtiéndola junto a sus frondosos bosques, en un maravilloso cuento de elfos y hadas.

martes, 12 de abril de 2011

Mis gafas

No encuentro mis gafas, me repetías sin dejar de agitar las manos en señal de desesperación. Te entiendo porque soy un experto en el arte de perder gafas así que no dudé en ayudarte en la ingrata tarea. 

Era noche cerrada cuando alcanzaste la ciudad y te dirigiste en mi búsqueda, te hacía aún lejos por lo que tardé en preparar mi equipaje. En mi mente se agolpaban todos aquellos poemas que susurraste cálidamente aquella tarde de verano y la promesa, firme me asegurabas, de acudir a mi rescate, desde entonces se habían sucedido los correos, los mensajes, las llamadas y las noches en blanco, por eso, cuando anunciaste tu llegada no fui capaz de reaccionar. 

De repente, todo aquello que había deseado para mi vida, cobraba forma en ti.