No necesito excusas para despojarme de tejidos y sentir cómo vibra la
naturaleza. Prefiero saborear el silencio al falso mutismo del asfalto.
La primavera ha devuelto el color que el invierno le sustrajo. El
roce de
mis pasos genera
música y el agua del
arroyo acaricia mi piel. Cierro
los ojos y ahí estás tú, siempre has estado, observando, sonriendo,
amando.
El sabor del silencio se degusta mejor a solas...¿Existe,acaso, un sabor más lleno de matices?
ResponderEliminarUn placer leerte,volveré a por más "sabores".
Un abrazo. :-)
Sin lugar a dudas, el aroma más sublime del silencio se percibe en soledad pero son los sentimientos los que colorean sus matices. Muchas gracias por tus palabras. Nos seguiremos encontrando MUTUAmente, es un buen PROPÓSITO.
ResponderEliminarOtro abrazo para ti.