En el aire se adivina la noche. El silencio de la penumbra sólo es interrumpido por el pulular de nuestras palpitaciones. Bajo la ingente masa estelar uno se siente
frágil. Apunto el índice hacia el
infinito y juego a trazar las constelaciones.
¿Dónde está Orión?, preguntas mientras
observas cómo mi dedo dibuja la silueta de la Osa Mayor.
A tu espalda, contesto,
abril entra en su recta final y pronto dejaremos de verla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario