miércoles, 11 de mayo de 2011

Los aranceles del tiempo

Actualmente se premia la juventud, se considera un valor añadido la belleza y la senectud nos alcanza mucho antes de lo que podríamos esperar. Nuestra esperanza de vida es ahora mayor que nunca antes lo ha sido y, sin embargo, la mayoría de las personas no son capaces de disfrutar de este avance ya que pasan gran parte de esa madurez luchando por evitarla, combatiendo sus signos y, cuando finalmente se rinden a la obvio, han perdido la maravillosa posibilidad de disfrutarlo.

En realidad, podemos considerar que envejecemos cuando los recuerdos rebosan nuestra capacidad de memorizarlos, cuando vamos asistiendo a la paulatina desaparición de aquellos referentes de nuestro pasado, cuando un día comienza a parecerse peligrosamente a otro, cuando empieza a abandonarnos la emoción y ya no somos capaces de ilusionarnos con los guiños que la vida nos hace, cuando, en definitiva, amanece y no encontramos una razón para levantarnos, para sonreír…

No hay comentarios:

Publicar un comentario