Sin interés por el avance impasible del
segundero, ordeno con disimulada fatiga el fruto de una ciclópea
jornada y pongo fin a mi conectividad
online. ¿Dónde está la improvisación? Si las piezas no estuviesen ordenadas, sería imposible completar el rompecabezas. No admite réplica el argumento. Blindado y perfecto para una
tercera ola. Deshumanizador y alienante para asumirlo.
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