Cuando uno fuma no suele ser consciente de su error y, además, suele convencerse a sí
mismo de las ventajas que obtiene del cigarrillo. Sin duda, las peores cadenas
son aquellas que, para poder ignorarlas, las camuflamos y proporcionamos
cualidades que no poseen. Somos perfectamente conscientes de que nos atan, nos
manipulan a voluntad pero qué felices nos sentimos cuando pretendemos convencer
y convencernos de su nimiedad. Resulta curioso observar a tu alrededor a los
esclavos más felices que jamás pudieras imaginar… para aquellos que no se
sientan a gusto con esa condición, una estupenda ayuda puede hallarse en la
iniciativa Mi vida sin ti, un espacio surgido de la buena voluntad de un grupo de personas, donde
encontrar una valiosa ayuda para apoyar esa decisión y medios adecuados para
tener éxito en la empresa. De obligada visita…
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