sábado, 2 de abril de 2011

Rumore

Salgo, camino unos pasos y ya me invade el ruido, antes incluso de que pueda reaccionar, antes incluso de sentir en mi rostro la suave brisa de esta tarde de primavera.
Es inútil escapar, intentar escondernos incluso, por muy recóndito que nos resulte el lugar, nos alcanza.
A veces me pregunto por qué la gente tiene tanto miedo al silencio, por qué esa necesidad de llenar los espacios con una permanente conversación aún siendo ésta hueca y por qué cuando estamos solos en casa solemos poner música o la televisión… intento, no obstante, disfrutar mi paseo pero no había caído en la cercanía electoral, las obras se multiplican en la ciudad y ahora comprendo por qué hoy cuesta tanto zafarse del molesto compañero.

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