lunes, 30 de mayo de 2011

Una luz vespertina

Nuestra casa se oculta entre los árboles que salpican la llanura y en ella escondes el corazón. Un atisbo de luz vespertina aparece en tu sonrisa cuando anticipas mi regreso. Detengo mi paso en una curva próxima al arroyo, quiero tomar un sorbo de silencio y saciar mi sed de paz. Desde la distancia el perfume de tu amor me obsequia una bienvenida.

sábado, 28 de mayo de 2011

Era necesario

Era necesario que recuperásemos la fe en nosotros mismos, era necesario reinventar nuestro previsible destino, era necesario romper la rutina política que se nos presentó como óptima, era necesario denunciar la desvergüenza financiera, era necesario detener el drama de miles de familias endeudadas por un hogar que no poseen, era necesario que se tomaran las calles para que el grito fuera aún más audible, era necesario limpiar la plaza de Catalunya… ¿era necesario?
No se apaga una voz con una carga policial Sr Puig.

jueves, 26 de mayo de 2011

"Miel (Bal)", de Semih Kaplanoglu



¿Puede ser una palabra innecesaria cuando habla una mirada, cuando la imagen en sí misma es poesía…? Los bosques de Anatolia son mágicos, entre sus árboles los duendes esparcieron el color de las flores y de ellas recolectan las abejas para crear la ambrosía que da nombre a la película y es el sustento de Yusuf y su padre. La presencia de éste inunda la pantalla, no se prodiga pero tampoco es necesario. No precisa mover los labios para hablar ni de palabras para comunicarse. Yusuf es digno vástago de este hombre, hace honor a su genética mas no siempre el mundo comprende su lenguaje; padre e hijo se constituyen en un microcosmos donde no hay lugar para más habitantes, ni siquiera la mirada materna, en todo momento dulce y cercana, consigue escudriñar el universo del hijo. Yusuf encuentra en su padre comprensión, cariño, fuerza, complicidad y luz, por eso cuando él no está, su mundo se torna en sombra…

martes, 24 de mayo de 2011

El abanico

Un abanico de hierro surca el aire hacia el oeste. Aunque la jornada está próxima acabar y el murmullo del pasillo aumenta al ritmo del segundero, mis ojos siguen el fluir del aire que, sin éxito, intenta esparcir las varillas multicolores del abano. De repente, unas palabras brotan desde algún rincón anónimo, no conseguirás un aumento por tu esfuerzo extra, y se pierden entre la confusión.

sábado, 21 de mayo de 2011

Indígnate tú también

Al comentar la velocidad de los acontecimientos que se originaron en el siglo pasado, de la magnitud de los sucesos que nos ha tocado vivir hablaba de aquellos que de forma pasiva hemos observado cómo sucedían en otro momento u otro país. Posiblemente no éramos conscientes de la importancia de los mismos y de la impronta que en nuestra historia reciente estaban dejando.

La evolución de los mismos ha ido íntimamente ligada al desarrollo de formas de comunicación alternativas a las habituales, las cuales son en sí mismas inicio y base de esa revolución. Su influencia ha quedado más que patente en las últimas protestas surgidas en países árabes.

Siempre se ha dicho que España no es un país con tradición asociacionista y posiblemente sea cierta esta afirmación. Lo más preocupante no era tanto la ausencia de este tipo de movimientos como la dejadez social ante cualquier tropelía por muy descabellada que ésta fuese.

Para sorpresa de todos, me incluyo en esto, un numeroso grupo de personas, predominantemente jóvenes, esos a los que tanto se les ha tachado de pasotismo, haciendo uso del poder que retorna al individuo con las mencionadas nuevas formas de comunicación, se han plantado en calles y plazas para exigir las riendas de su vida y su futuro, una auténtica libertad y una democracia real.

Alejados de todo partidismo, esas metas se presentan como consecuencia lógica del deterioro de la imagen política en este país y este movimiento como un hálito de vida de una sociedad que creíamos carente de toda sensibilidad e inquietud. No puedo por menos que estremecerme al contemplar a toda esa gente en la calle, emocionarme cuando he estado con ellos y, como no, suscribir su manifiesto por una democracia real.

Si nuestra sociedad se mueve, debemos movernos con ella.

jueves, 19 de mayo de 2011

La ventana

Las copas de los árboles no pueden ocultar la vergüenza del cemento, el hierro desafía la gravedad y su frialdad le separa del calor de la tierra. Desde el tupido manto de hojas las torres levantan su mirada al viento y se hierguen altivas entre las nubes. Su gris comienza a difuminarse. Ha llegado la lluvia.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Una visita inesperada

Siempre has sido un rebelde, no te gustaba estudiar pero el no hacerlo suponía un conflicto que en aquel entonces no podías permitirte. Así comenzaste a desarrollar tu particular protesta contra el sistema. Acudías a clase pero en el momento de mayor interés, te girabas, apoyabas tu espalda contra la pared y fingías dormir. Te pasas el día cazando moscas, solían repetirte. Mirabas con desdén y retornabas a tu posición inicial. Jamás dudaste que existía un cierto complot, no te extrañaba que tus padres confabulasen con esos tiranos que tenías como profesores. Incluso antes de terminar tus estudios ya sentías debilidad en tus extremidades, si es cierto que era algo intermitente pero afectaba a todas ellas. En realidad no te importaba demasiado, necesitabas por aquel entonces de toda tu energía para disfrutar de todo aquello que un adolescente puede ansiar. Te divertías, desfasabas,vivías el presente.

Cierto día, tu hermana, que desde unos pocos años atrás vivía ya independiente, acudió a visitaros de manera imprevista porque, os dijo, tenía que comunicaros una mala noticia. A raíz de un problema de salud, le diagnosticaron una rara enfermedad degenerativa de carácter hereditario por lo que todos debisteis someteros a unas pruebas. Por un instante tuviste la sensación que tu corazón se había detenido al escuchar la noticia. Sin duda yo no tengo ese problema, te repetíste aquella tarde hasta la saciedad. El tiempo de espera hasta recoger resultados fue terrible, ¿hay algo peor que vivir en la duda? Todo se transformaba, hasta el más mínimo hormigueo parecía un síntoma letal. Estabas aterrado y quizás por ello no pestañeaste cuando, tras un sinfín de circunloquios, se atrevieron a comunicarte el resultado positivo de las pruebas. No había nada que añadir, nada que preguntar... sólo querías correr, escapar de aquel lugar, de aquella ciudad, de aquel país, del mundo. Tu inexorable destino te encontró, por supuesto.

Has perdido la cuenta de los años transcurridos desde entonces, no sabes si sumar años o restartelos. Te queda la palabra. Eres un superviviente, en el fondo siempre lo has sido.

domingo, 15 de mayo de 2011

Lorca en el corazón

Si no hace mucho partía mi corazón entre Japón y Haití, países de los que aún recibimos tristes noticias, esta semana la furia de la tierra alcanza el nuestro. Una tarde engañosamente parecida a otras, mientras que los lorquinos agotan las últimas luces del día, un estruendo siembra el terror en sus almas. En esos segundos que duran eternidades, miles de habitantes anónimos contemplan con estupor cómo, en todo o en parte, el fruto de su trabajo, la razón de sus esperanzas e incluso fragmentos de sí mismos, se pierden en el caos del seísmo. El daño en el tesoro artístico es irreparable, el infringido al tesoro humano, también.

Observas las imágenes y sientes que Lorca aún no ha despertado de su pesadilla. El terror es un compañero de viaje difícil de desligar y la gente allí aún no ha concluído ese trayecto. La angustia sigue ubicada en sus rostros y la tristeza en sus miradas. La tierra ha marcado sus vidas y el tiempo hará desvanecer la huella pero no el recuerdo de ese día. La luz volverá a Lorca y, sin lugar a dudas,podremos encontrar la mejor manera de guiar su regreso.

miércoles, 11 de mayo de 2011

Los aranceles del tiempo

Actualmente se premia la juventud, se considera un valor añadido la belleza y la senectud nos alcanza mucho antes de lo que podríamos esperar. Nuestra esperanza de vida es ahora mayor que nunca antes lo ha sido y, sin embargo, la mayoría de las personas no son capaces de disfrutar de este avance ya que pasan gran parte de esa madurez luchando por evitarla, combatiendo sus signos y, cuando finalmente se rinden a la obvio, han perdido la maravillosa posibilidad de disfrutarlo.

En realidad, podemos considerar que envejecemos cuando los recuerdos rebosan nuestra capacidad de memorizarlos, cuando vamos asistiendo a la paulatina desaparición de aquellos referentes de nuestro pasado, cuando un día comienza a parecerse peligrosamente a otro, cuando empieza a abandonarnos la emoción y ya no somos capaces de ilusionarnos con los guiños que la vida nos hace, cuando, en definitiva, amanece y no encontramos una razón para levantarnos, para sonreír…

domingo, 8 de mayo de 2011

Las puertas abren hacia afuera

Recibí tu correo mientras la rutina ganaba segundos de mi vida y el tedio sentaba precedente en lo cotidiano. La ilusión es una virtud que pocas veces resulta gratuita y, sin embargo, es tan sencilla de perder, por uno mismo o en manos de algún desalmado.

He pasado de sobrevivir en una gran urbe a un calmado edén, me decías, y hasta los silencios son plenos porque las palabras son únicamente accidentes en el camino que me une a su corazón. Me miró y quedamente me dijo ¿vienes a casa?, continuabas, y en ese momento sus ojos me mostraron la luz que señalaba el fin de mi laberinto y le seguí...

Sentí mi rostro humedecerse con tu alegría, hice mía la emoción que impregnaste en tus palabras e imaginé por un instante que esa sonrisa, que tan bien conocía, me la dedicabas a mí. Vivía en un mundo mítico, insistías en tu correo, donde casi nada parecía ser real hasta que sus manos se fundieron en mi terciopelo y sus ojos en mi alma. Casi podía palpar tu júbilo...

Mi respuesta, contabas, fue afirmativa y he unido mi rumbo al suyo para surcar el mar de la esperanza. Esa travesía nos ha traído al país que le vio nacer, una tierra de verdes campos y casitas rojas donde las puertas abren hacia afuera y los corazones hacia adentro.

A Raquel

viernes, 6 de mayo de 2011

La parada

La estancia es pequeña, impersonal y atemporal, podría haber sido cualquier otra su función pero fue elegida como parte de nuestras vidas por un curioso destino, originado sin duda en el mismo lugar que se gestó la idea de tornar verdes sus muros. ¿Es ese el color de la naturaleza tras ellos? Quizás fue nuestra esperanza en derribarlos algún día no muy lejano la responsable de tal fenómeno.

Nuestros guardianes se mueven entre nosotros, sorteando una serie de infame mobiliario que por alguna extraña razón desconocida sigue en uso, ¿es acaso una broma macabra o un pensamiento general? No teníamos previsto detener nuestros caminos en esta parada, nos vemos ligados a ella sin elección y, de la misma manera, volvemos a ella con cuidada frecuencia hasta que un día a través de la megáfonía del vehículo alguien anuncia que la parada queda anulada, al menos temporalmente...

A mi alrededor mucha resignación y rabia contenida en rostros que, como el mío, acuden periódicamente a este triste habitáculo. Todos, como digo, albergamos el secreto deseo de romper esa invisible cadena que a esta celda nos ata inexorablemente.

lunes, 2 de mayo de 2011

Il sole (3/3)

A veces la vida nos hace caminar por siniestros recodos en los que resulta sencillo naufragar, lugares donde perversas sirenas embaucan a los hombres con sus cantos, entretejiendo complejas melodías que les enlazan sin remedio a la oscuridad. Como Ulises, hemos partido de una tierra sin retorno pero no perdemos la esperanza de divisar Ítaca y soñamos con arribar al consuelo del afecto, al seguro refugio de nuestro hogar.

Cuán duro largo resulta el camino cuando se hace en soledad, qué interminable la noche de quien no cree en un mañana, qué tristes mis palabras si tú no las lees. Éstas surgen reptando entre duermevelas, penetrando en mis sueños hasta romperlos. Desde la callada quietud, en la profunda negrura, vierto deseos en estas líneas porque la espera resulta dulce cuando pienso en ti, porque eres la razón de mis palabras, porque tú eres la luz que anhela mi corazón.