sábado, 30 de abril de 2011

Dimma (2/3)

Paseo entre gentes de rostro amable pero impenetrable y mientras su lenguaje tintinea a mi alrededor, mi mente trata de retener todos los detalles que me rodean, el aspecto falsamente retrógrado de sus construcciones, la pausada calma de la población, los bosques que despiertan a la primavera tras el aletargamiento del crudo invierno escandinavo, el oscuro casi ferruginoso color del agua de ríos y lagos, y, sobre todo, los olores de ciudades y campos...

No siento añoranza y los luminosos días de cálido sol me ayudan a sentir cómo el frío del norte dejó de ser el punto de discordia en esta inusual relación con esta tierra, cuando acaricio la arena de costas cuyo fin no alcanzo a adivinar y sumerjo mi mano en un mar aún gélido, sin embargo ahí estás tú para impedir que mis sentimientos se dispersen entre las brumas de la isla de Tylön, más allá de donde el dorado reflejo del sol alcanza las dunas... mi corazón sonríe y su felicidad satisface mi alma. Por un instante la niebla me hizo perder la línea del horizonte pero tu luz nos guió al anhelado puerto del que no deseo zarpar.

martes, 26 de abril de 2011

Rain (1/3)

En silencio, con el alba
junto a tu sueño,
amanece mi alma
por si despierto
pudieras necesitarla.
Noble semblante, gesto sincero,
todo a tu lado es calma.
De diciembre a enero
en mi corazón te hallas
y si digo te quiero
a mi voz, un ángel acompaña…

sábado, 23 de abril de 2011

Haga Nygata

El sol calienta los oscuros canales de la ciudad, camino evitando los tramos de adoquines y mis pasos me conducen a una antigua fábrica, en torno a los edificios que la componen se abre un largo patio con una cafetería en uno de sus extremos. Entro en la semipenumbra del local y tu aroma sale a mi encuentro, el aire allí quedó impregnado por tu presencia pero ya no consigo verte ni tan siquiera entre las gentes que animadamente charlan en la terraza... ya nada me retiene en aquel lugar así que busco la salida opuesta para no perder tu rastro.

Vuelvo a la ribera del río con la esperanza que tú también sigas su curso como antaño hacíamos juntos, alcanzo a observar un grupo de turistas que en una motora sonríen como si estuviesen en una permanente fotografía pero no tu reflejo ya se perdió de las gélidas aguas del canal... recuerdo entonces cómo disfrutábamos de nuestros paseos por Haga Nygata, las interminables conversaciones en aquellas terrazas bajo el vespertino sol de primavera y el brillo de tus ojos cuando me mirabas con tímida complicidad...

Mis idas y venidas me habían llevado al Viktoriapassagen donde saboreaba un espresso en el rincón de Da Matteo donde solíamos besarnos furtivamente cuando nos resguardabamos de la lluvia, acabé rápidamente mi café y atravesando Kungsparken dirigí mis pasos hacia Hagakyrkan para alcanzar casi sin aliento el inicio de nuestra calle para, con renovado impulso, llegar al Jacob´s café y allí estabas tú, esperándome y, sonriendo, me diste la bienvenida, devolviendo la luz a Göteborg y a mí...

viernes, 22 de abril de 2011

Halmstads tre hjärtan

Cuando Christian, rey de Dinamarca, el cuarto de ese nombre, llegó a Halmstad con sus ingenieros para fortificar la ciudad quedó sumamente impresionado por la belleza de aquel lugar. Siguiendo la desembocadura del río Nissan alcanzó el antiguo castillo que dificilmente se mantenía en pie. Resultaba urgente su reforma, las tropas suecas no tardarían en estar listas para la guerra. Allí el rey se reunió con su séquito y, entre la distinguida sociedad que le agasajaba, se encontraba Kirsten, la dulce hija del duque de Halland. Las reformas del slott marchaban a buen ritmo pero el soberano ya sólo tenía ojos para la joven doncella, juntos contemplaban la hermosa puesta de sol sobre Kattegat y ya el sublime lazo del amor le unía sin remedio a Kirsten.

Un lluvioso día al inicio del otoño los ingenieros holandeses que el rey trajo consigo le comunicaron el fin de las obras de fortificación de la ciudad... había llegado el momento de regresar a la corte, la reina Ana le esperaba impacente ante la inminente guerra contra Suecia pero ya no había vuelta atrás para Christian, la hija del duque pronto daría a luz y la ruptura con la reina era inevitable.


El rey murió defendiendo Halland junto al lago de Vapnö y, llevado a su amada Hamstald por sus generales, falleció en brazos de su enamorada... antes de expirar cedió tres corazones al pendón de la villa, uno por la bella Kirsten, otro por desear que el propio descansase allí y un tercero para la ciudad que tanto amó... son los tres corazones que aún ondean en la ciudad de Halmstad.

jueves, 21 de abril de 2011

Kattegat

El sol desciende suavemente hacia el oeste mientras el coche avanza abriéndose camino entre los verdes prados. A nuestro alrededor las casas parecen estar separadas por la carretera como si de una calle se tratase, sin embargo ningún ser humano se hace visible en este paisaje, todo parece estar detenido en el tiempo, un instante polaroid. Movidos por un extraño y desconocido resorte mientras atravesamos el pueblo de Morup, desviamos nuestro automóvil en busca del mar que desde unos kilómetros atrás nos marca en la distancia el recorrido.

Según avanzamos entre granjas y veredas, la luz del océano desaparece de nuestra vista para volver justo al final de una curva, buscamos su pista en los aromas que la tarde nos acerca y finalmente conseguimos guiar nuestros sentidos hacia la inminente puesta del sol. Allí, en una perdida playa del Mar del Norte, volvemos a encontrarnos con un intenso azul oscuro cercano al negro que acariciando un costa rocosa acaba muriendo al pie de la verde campiña... mas nuestro corazón descansa con el sol y solo ansía la llegada del nuevo día en esta mágica tierra.

lunes, 18 de abril de 2011

Välkommen till Sverige

Posiblemente la primera impresión que uno tiene al aterrizar en el sur de Suecia es que ha llegado a un país eminentemente rural, grandes campiñas, granjas, todas las casas que la vista alcanza a contemplar son pequeñas viviendas, núcleos unifamiliares que rara vez llegan a formar una población y cuando llegas a una ciudad, que en este área son de pocos habitantes, sorprende igualmente que no hay, salvo excepciones, edificios de más de 3 ó 4 alturas con una gran cantidad de espacios verdes. Ciudades pensadas para las personas donde hay prioridad para ciclistas y peatones. Ciudades que, a diferencia de las nuestras, no son ruidosas; aquí la gente no vive en un permanente cabreo...

Para alguien venido del sur de Europa, incluso la luz del sol nos parece diferente. El campo acaba de liberarse del invierno y despierta a la primavera, los primeros bulbos asoman tímidamente junto a los árboles y alrededor de los múltiples lagos y arroyos que aquí existen. Todo este idílico paisaje que parece sacado de una película de Bergman aparece inmaculadamente limpio, con unos tonos peculiares, como diría, el color es intenso pero mate, sin la luminosidad que deslumbra allí en el sur pero proporciona una singular belleza a esta tierra que mira al mar convirtiéndola junto a sus frondosos bosques, en un maravilloso cuento de elfos y hadas.

martes, 12 de abril de 2011

Mis gafas

No encuentro mis gafas, me repetías sin dejar de agitar las manos en señal de desesperación. Te entiendo porque soy un experto en el arte de perder gafas así que no dudé en ayudarte en la ingrata tarea. 

Era noche cerrada cuando alcanzaste la ciudad y te dirigiste en mi búsqueda, te hacía aún lejos por lo que tardé en preparar mi equipaje. En mi mente se agolpaban todos aquellos poemas que susurraste cálidamente aquella tarde de verano y la promesa, firme me asegurabas, de acudir a mi rescate, desde entonces se habían sucedido los correos, los mensajes, las llamadas y las noches en blanco, por eso, cuando anunciaste tu llegada no fui capaz de reaccionar. 

De repente, todo aquello que había deseado para mi vida, cobraba forma en ti.

jueves, 7 de abril de 2011

Háztelo mirar

Con una cadencia que nada tiene que ver con el frenético ritmo al que breves instantes después nos someteréis, el bajista surge de la oscuridad en que se sumerge el teatro cuando la función va a comenzar y con premeditada parsimonia retira la funda que cubre el instrumento, toma asiento, coloca con mesura sus manos sobre el bajo y comienza a arrancar las primeras notas mientras una tenue luz permite adivinar una silueta sobre el escenario dispuesto a modo de gigantesca pantalla de televisión.

Sobre el estudiado plató establecéis una antagónica relación de personajes que no solo alcanza a aquellos que consideramos principales; para uno de ellos la consecución económica es la finalidad, para el otro es el medio. Una vez más nos lleváis con vosotros, os acompañamos en la fascinante travesía que nos lleva a reencontrarnos con aquella parte de nosotros que es aún capaz de ilusionarse con lo cotidiano, de emocionarse con un amanecer. Como antes decía, en este viaje iniciático se ven involucrados también los otros personajes… Delfina acaba, como nosotros, marionetas de vuestros diálogos, rendida ante la evidencia del maravilloso descubrimiento y desea para sí esa misma gracia.

Pero, ¿dónde y cómo concluye esta aventura? Sin duda esta es una cuestión que cada uno debe descubrir por sí mismo… No os la perdáis.

lunes, 4 de abril de 2011

Lo más doloroso del Sida

Ya lo apuntaba en el post ¿A qué se parece el VIH? A finales de los ochenta y principios de los noventa especialmente existía la creencia, mayoritariamente extendida, de que era posible saber quién estaba infectado sólo por su aspecto físico. Aunque esa actitud ha cambiado gracias sobre todo al desinteresado esfuerzo de ONG comprometidas en la lucha contra el Sida, aún hoy sigue constituyendo uno de los síntomas más dolorosos de la enfermedad. No nos engañemos, esa disposición surge del desconocimiento que provoca un miedo irracional al contagio y facilita que todavía en el siglo XXI escuchemos el desafortunado término grupos de riesgo en lugar del mucho más correcto prácticas de riesgo.

No contribuyamos a que la vida de las personas VIH+/Sida sea aún más difícil de lo que ya resulta. Un gesto de comprensión, una mano tendida y, más aún, una sonrisa, son tan eficaces como la medidas terapéuticas y no entrañan riesgo alguno.

sábado, 2 de abril de 2011

Rumore

Salgo, camino unos pasos y ya me invade el ruido, antes incluso de que pueda reaccionar, antes incluso de sentir en mi rostro la suave brisa de esta tarde de primavera.
Es inútil escapar, intentar escondernos incluso, por muy recóndito que nos resulte el lugar, nos alcanza.
A veces me pregunto por qué la gente tiene tanto miedo al silencio, por qué esa necesidad de llenar los espacios con una permanente conversación aún siendo ésta hueca y por qué cuando estamos solos en casa solemos poner música o la televisión… intento, no obstante, disfrutar mi paseo pero no había caído en la cercanía electoral, las obras se multiplican en la ciudad y ahora comprendo por qué hoy cuesta tanto zafarse del molesto compañero.